El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.

Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.

viernes, 29 de enero de 2010

Na súa palabra...

«Na súa palabra amei a luz». (En su palabra amé la luz).

Cesáreo Sánchez Iglesias. O paraíso das sombras

martes, 26 de enero de 2010

Del Abismo Profundo...

Del Abismo Profundo solo parte un camino: hacia arriba.

Tarde de...

Ídem

Tarde de…


Criatura alada,
tus páginas son luz en las tormentas,
conversación amiga por la noche,
confluencia del alma,
caricias en el viento…

Mir. Burgos, 26 de enero de 2010

[caricia bidireccional]

A Santi, con cariño y admiración


[caricia bidireccional]


Tu libro en mi regazo,
como todos los libros
—algunos más que otros—.


Y contra las tormentas,
las tres palabras tuyas
que entre rayas anidan.


Suavecito
acarician mis dedos
tus páginas de alas
que rozan mis mejillas.


Mir. Burgos, 25 de enero de 2010

miércoles, 13 de enero de 2010

Será mi niña de nieve

A la memoria de María.

«SERÁ MI NIÑA DE NIEVE»


Una estrella fugaz rozó la nieve.
Una caricia, un beso.
Un surco, huella apenas, donde plantar almendros;
que no habrá primavera
ya sin que en cada azahar y en cada margarita
florezca tu mirada,
ni aurora azuldorada, rosada de los valles
sin la luz de tu risa.

Ya cantas en los copos,
sobre la portadora del silencio,
la canción del cariño y la nostalgia,
y entonan, suavecito,
las fuentes un «te quiero»
que no pudo crecer hasta hacerse palabra.

No podías quedarte,
tan alta era tu ruta por las viñas del Cielo,
mas hiciste el milagro,
ánfora entre dos luces,
de partir y de estar al mismo tiempo,
como una eucaristía.

martes, 12 de enero de 2010

Porque existe la poesía

Porque existe la poesía —en palabras, en imágenes, en notas, en sonrisas— podemos seguir viviendo cada día, ya sea en el verde alborozo del valle soleado o en medio de la niebla. Porque la dulzura del corazón es el mejor ansiolítico.

«Danos hoy la alegría nuestra de cada día». (Mir)

Nana escondida para E.

Que tu tiempo
se deslice como un río,
te acune como una madre,
en vez de ser tu tormento.

Con tu sonrisa
bajo la almohada me duermo.
Entre paredes azules,
hogar de adobe,
paloma de alas de fuego,
duerme, pequeño.

domingo, 10 de enero de 2010

UCI

La fragilidad humana es un cuerpo semidesnudo, conectado a mil sondas, vías y electrodos, tumbado bocarriba en la cama de una UCI de paredes azules.

El viento y la llama

Para David Carretero, en respuesta a su artículo El viento y la llama:

EL VIENTO Y LA LLAMA

Tiembla mi voz cuando canto
igual que la llama al viento.
No se apagará. Está viva.
Las montañas y los valles
del corazón
en ella ponen su acento.


¡Canta!
¡Canta ríos de luna
y vegas de amor y sueños!
… y la ausencia, que aún me duele,
de aquellos que se perdieron.


¡Dime!
Grita, mi voz, mi secreto.
Que tiene la emoción alas
y anhela los Cuatro Vientos.


Ve y repara auroras rotas,
noches de sombra y silencio.


Porque es mía y no de otro
y será del mundo luego,
se hará adulta siendo aún niña
y florecerá en estrofas
de libertad
para emprender sola el vuelo.

¡Canta!
¡Canta ríos de luna
y vegas de amor y sueños!
… y la ausencia, que aún me duele,
de aquellos que se perdieron.


¡Dime!
Grita, mi voz, mi secreto.
Que tiene la emoción alas
y anhela los Cuatro Vientos.


Ve y repara amores rotos
y corazones desiertos.


Tiembla mi voz cuando canto…
igual que la llama al viento…


Mir. Entre Burgos y Valladolid, diciembre de 2009.

viernes, 8 de enero de 2010

El Libro del Cementerio, de Neil Gaiman

Portada de El libro del Cementerio
Después de leer la crítica que Káralan, compañero del blog Sikö y Denee de Literatura Fantástica, hizo de este libro juvenil, no me quedó más remedio que leérmelo.

Lo que sigue es solo un comentario mío que la complementa:

Esta es una de esas historias donde el escenario es un personaje más. En este caso, se trata sin lugar a dudas del protagonista (no digo coprotagonista porque casi le hace sombra a Nadie Owens).

La idea es original, y tiene la suficiente dosis de aventuras para gustar a los niños. Una historia clásica de buenos y malos, de cariños, peligros y lealtades, que no defraudará las expectativas del joven lector. El final, si bien previsible, me ha emocionado hasta a mí.

Los personajes son entrañables —Silas, Liza, Scarlett— o directamente siniestros. Una palabra, un gesto, un rasgo, son suficientes para definirlos y lograr que los veamos con claridad. Además, cada uno cuenta con su habla característica, a mi entender bastante lograda. El público juvenil sin duda se sorprenderá en algún momento, cuando alguien no es lo que parece…

Lo mejor, la sensibilidad y la dulzura con que el autor trata esta historia, haciendo de un escenario a priori macabro un lugar donde a todos nos encantaría ir a pasar una temporada. Hasta la muerte puede ser dulce.

Como puntos negativos, los siguientes:

¿Por qué ese empeño del autor en «ocultar» que Silas es un vampiro, cuando las características de todos los personajes se nombran explícitamente?

En algunos momentos, no acaba de convencerme el estilo de Neil Gaiman, que a veces es un tanto reiterativo. Por otra parte, hay repeticiones muy extrañas que podrían ser errores de traducción.

Algunas transiciones dan la impresión de que el libro es un conjunto de trozos unidos.

Cuando trata de explicar todo el misterio que envuelve al «malo-malísimo», ocurre un poco como en las novelas de Harry Potter: que no podemos aprehender aquello que se supone que nos están explicando.

Pero me ha gustado.

miércoles, 6 de enero de 2010

Mensaje inaugural

«Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría».

(del Evangelio de San Mateo)



Bajo la luz de la Estrella de Oriente, abro este nuevo cuaderno de a bordo, diferente a todos cuantos he tenido hasta ahora. Aún no ha salido del cascarón, pero espero que poco a poco vaya desplegando sus alas. Que me ayude tanto como aquellos lo hicieron, y que sea un rinconcito amable, un puente, una pequeña hoguera de Alegría y Esperanza.

martes, 5 de enero de 2010

La palabra GRACIAS

La palabra gracias nos parece demasiado sencilla cuando las circunstancias nos abruman, cuando, en uno de esos raros momentos de magia, la Vida «se estira un poco», invitánonos a degustar un sorbo del dulce vino de la Alegría. Quisiéramos otro vocablo más «exótico», capaz de contener en sí mismo y de expresar la emoción de la dicha inefable, efímera como todas las dichas… Pero esa misma sencillez, comparable a la de la luz del sol sobre el agua o a la de un fuego de leña, es la que nos hace posible pronunciar la misma palabra ante el frío, la nieve incluso, que a menudo nos envuelve como el manto nuestro de cada día.