El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.

Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.

viernes, 27 de enero de 2012

Yo he sentido, Señor, tu voz amante

Este himno me ha salido hoy al encuentro, por detrás de una esquina de la vida:


Yo he sentido, Señor, tu voz amante,
en el misterio de las noches bellas,
y en el suave temblor de las estrellas
la armonía gocé de tu semblante.

No me llegó tu acento amenazante
entre el fragor de trueno y de centellas;
al ánima llamaron tus querellas
como el tenue vagido de un infante.

¿Por qué no obedecí cuando te oía?
¿Quién me hizo abandonar tu franca vía
y hundirme en las tinieblas del vacío?

Haz, mi dulce Señor, que en la serena
noche vuelva a escuchar tu cantilena;
¡ya no seré cobarde, Padre mío!

(Juan de Contreras y López de Ayala)





miércoles, 25 de enero de 2012

Baixan as estrelas

«Baixan as estrelas a beber nas fontes». (Bajan las estrellas a beber en las fuentes).

(Álvaro Cunqueiro – DONA FLAMENCA)

martes, 17 de enero de 2012

El móvil ha guardado...

A Mary-Luz
El móvil ha guardado entre sus pétalos
una palabra tuya.
Y está bien que así sea.
Que los pájaros hagan sus nidos
en árboles sin hojas del otoño.
Que las hojas se vistan de ardilla
y bailen con la niebla…
Está bien que así sea.
Porque todo está bien: Todo-en-el-Todo
Instante-Aquí-y-Ahora.
Es tu vida,
el haiku de tu vida.
Respirar. Un momento.
Algo.
Todo.

Libro nuevo

A Tali, por su libro de poemas Sueños enlatados, que acabo de recibir por correo.

En mi regazo tuve
un libro nuevo.

Muchos hijos antiguos
jugando al corro
en el patio nevado de los sueños.

Hoy tiene alas,
volumen, peso.
Cabría en un libro de física…
Cabe en el corazón,
cabe en un verso.

Cuando venga la noche sin estrellas,
cuando vuelva el silencio,
déjame refugiarme
en mi rincón secreto.

domingo, 15 de enero de 2012

Contraluz desde mi ventana

Contraluz

Farola-diente de león

Una niebla ligera convirtió las farolas en dientes de león de luz.

Farola-diente de león

martes, 10 de enero de 2012

Pequeño estado de gracia

He decidido que el tiempo se enmarque en rincones de luz soleados, y en las estancias jugarán las palabras o volará el espíritu, en busca de esa bailarina duendecillo que habita dentro y más allá de las llamas: esa hadita llamada Maravilla. Y luego, ¿qué? Buscar su documento nacional de identidad o sus señales por los rincones soleados o los desvanes de esta vida encajada entre edificios grises. Tal vez encuentre una caracola rosada que me deje oír el mar. O acaso, ni siquiera eso. Pero que al menos se me dé recordar que tengo el cielo azul por encima —muy por encima, es cierto— de mi cabeza, y que el Artífice de mi esperanza me sigue tocando con los rayos solares, pentagrama de su canción hermosa y única, la que lleva mi nombre. Poner en la divisa de mi escudo que soy amada, a pesar de todos los pesares.

lunes, 9 de enero de 2012

Nauta

Va el moisés de mi niña
por las aguas del río
y no da con un puerto
que, con brazos abiertos,
la resguarde del frío.

Atrás quedan ya el rojo,
el verde, el amarilo…
Le dicen: «Hola, vete,
que para ti no hay sitio».

Y ella crece
a la par que navega
por las aguas del río.
«¡Un día seré grande
y me abriré camino!».

La niña de la trenza larga

Sentada sobre la línea tricolor del horizonte, que hoy estaba tan ancha y mullida como un sofá, la Luna Llena vigilaba al autocar. A bordo de él viajaba la Niña de la Trenza Larga. Bueno, ahora ya no era una niña, tenía casi cuarenta y cinco años, pero la Luna la había conocido de pequeña, cuando una noche de verano, la mamá se la enseñó, toda roja, desde la cama grande de su habitación y le cantó aquello de:

Cuando la luna sale,
sale de noche,
un amante la aguarda
en cada porche.

Y la abuela, mientras intentaba enseñarle a coser, le cantaba también sobre la Luna:

Luna lunera,
cascabelera,
de ojos azules
y cara morena.

Desde entonces, la Luna había sido su compañera de viaje. La niña la buscaba por su ventanilla del coche cuando volvían de alguna excursión familiar. Y siempre que podía, la Luna estaba ahí, sobre los campos y sobre los montes. No temía a las heladas de enero ni a las noches de calor sofocante de agosto.

Dicen que quien mira mucho a la Luna se vuelve un poquito «lunático», así que a la Niña de la Trenza Larga se le llenaron los ojos de luz y comenzó a soñar. Aprendió a dibujar y a inventarse canciones, y en los recreos jugaba al corro con palabras y números de colores. En su trenza se columpiaba de vez en cuando alguna estrella chiquitina.

Pero creció y estudió mucho y se hizo maestra y escribió algunos cuentos y cantó en un par de coros. Y siguió buscando a su amiga la Luna desde las ventanas de sus distintas casas de mayor.

Sin embargo, los días eran tan aburridos, tan grises, todos iguales unos a otros, que se le olvidó jugar y reír y cantar con palabras de colores. Solo tejía copos de nieve con ovillos de lágrimas.

Y hoy, mientras iba sentada en el autocar, se acordó de aquel torero sobre el que también cantaba mamá, que un día le pidió ayuda a la Luna porque le daba miedo el toro. Y decidió inventar una canción para pedirle ayuda ella también, ahora que está llena.

Por eso no le quita ojo la Luna Catalina, desde su sofá de tres colores, azul, rosado y amarillo, que poco a poco se va transformando en el edredón de la noche nochera. Porque en su cara de madre grandota se ve que la quiere ayudar, y también porque le encantan las canciones nuevas.

* * *

Dicen que al fin, la Niña de la Trenza larga inventó una canción tan hermosa que no había guitarra capaz de tocarla sin echarse a llorar.

Y aseguran también que la Luna Lunera espolvoreó el mundo con su luz de plata, para que algunas de las cosas y las gentes que rodeaban a la niña aparecieran escarchadas de magia.

domingo, 8 de enero de 2012

Lámparas de colores

—¿Dónde estás, Señor, que no me respondes cuando te llamo? —rezaba la muchacha de la trenza larga.

Mientras, en la capilla del Cielo, Dios encendía mil lámparas de colores por ella.


velas de colores

sábado, 7 de enero de 2012

La princesa del guisante

La princesa y el guisante
Paqui Cantero Pérez
(maqueta en madera y tela)


La princesa del guisante

Tengo una pena verde,
verde mar,
que por las noches suspira
y no me deja soñar.

Y no hay colchón de lana
del calor del hogar,
ni hay un colchón de plumas
tejidas de amistad,
ni hay un colchón de espuma
de la canción del mar…
ni un edredón de niebla
que la pueda arrullar.

¡Ese dolor esmeralda,
princesa de largas trenzas,
tiene por nombre esperanza!

viernes, 6 de enero de 2012

2º aniversario

¿Dos años ya? ¡Qué mozo! Y aún, ¡qué frágil! Sus primeras palabras, en media lengua, distan mucho de ser la canción del alma, pero juegan al corro en el patio del mundo y de la vida, con amigos entrañables. Ningún hijo cumple con nuestras expectativas, sino que crece y vuela con sus propias alas, dejándonos pasmados de sorpresa, brillantes nuestros ojos con una pizca de orgullo.

Celebramos con un pedazo de roscón y una copita de sidra el segundo cumpleaños de este blog niño. ¡Feliz día de Reyes para todos los que estáis ahí, al otro lado! ¡Gracias!

jueves, 5 de enero de 2012

El folio en blanco (II)

El folio en blanco es un patio donde juegan al corro las palabras.


Artículos relacionados: El folio en blanco.


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«¡Y sólo él sabe cómo se siente la añoranza en la casa de la poesía!».

Milan Kundera. La vida está en otra parte

... Pero el alba es azul

El Abismo Profundo contiene en sí la posibilidad de otros abismos, siempre.

… Pero el alba es azul.

domingo, 1 de enero de 2012

Camelia

Uno de los regalos que he recibido este primer día del año:
la foto de esta camelia rosa, por gentileza de
Mary-Luz Castro,
poeta y amiga del alma.

Esta caricia
de la tierra mágica
que un día me adoptó
me hará compañía
en mi reencuentro
con la «vida normal».