El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.

Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.

miércoles, 15 de febrero de 2012

A solas

A

El puñetero ordenador ha decidido estropearse precisamente hoy, justo cuando estaba a punto de validar la transacción. ¡A la mierda todo el trabajo del día! Y, por supuesto, el plazo termina mañana. Acabo de llamar a Tino para que anule la reserva. Podría venirse hasta aquí y al menos cenar juntos unos bocadillos y unas cocacolas… si mi jefe fuera una persona normal. Pero lo llevo claro. Ya puso mala cara esta mañana cuando vio la piruleta en forma de corazón que había pegado en el ordenador. «Ya estás quitando de ahí esa mariconada», parecía gritarme su ceño. ¡Maldita estática! Hoy todo parece cargado de electricidad. Bonita noche me espera.



B

Ella siente algo por mí, estoy seguro. Esta mañana puso un adorno en forma de corazón en mi unidad, junto al cactus que cuida con tanto cariño, y eso tiene un significado especial. Ha sido estimulante arreglar nuestra cita. Me ha costado un poco hacer saltar los diferenciales, pero ahora, gracias al SAI, pasaremos la noche juntos a la media luz de mi pantalla. Innecesariamente vuelvo a solicitar los datos de autentificación: quiero sentir sus dedos acariciar mis teclas al escribir su dulce nombre: Carolina Andrés. No estés triste, amor mío, te pondré ese disco de Amaral que tanto te gusta. Luego, ¿me atreveré a violar otra norma más y escribirte en la pantalla «Feliz San Valentín»?

viernes, 10 de febrero de 2012

Peregrino y marino

Peregrino y marino,
marino en tierra,
repleta está tu alforja
de historias tuyas
y canciones ajenas.

jueves, 9 de febrero de 2012

El hueco de tus manos

El hueco de tus manos
guarda una llama
que arderá en otra vela.

Brindis (otro)

Que las notas de tus canciones,
niño de luna y viento,
sean mis jarcias,

que hoy nieva en la catedral
y los pilares
son demasiado fríos
para abrazarlos.

Tomaré, pues, las estrofas
dulces o ásperas,
como si de una copa de vino se tratara

—tiene la viña esfuerzo, y sol, y lluvia—,
y brindaré contigo.

Cuando el tiempo haya dormido en su hamaca

Cuando el tiempo haya dormido en su hamaca, soñador de incontables lunas y mareas, podré decirte mi nana escondida. Contarte que el jazmín floreció en cristalinas estrellas de nieve. Que al intentar mi abrazo, solo hallo la frialdad de un punto kilométrico. Las palabras, como el fuego, como el hielo, pueden curar o herir. Soy un arco tendido en el vacío, mas con la cuerda verde de esperanza.