Préstame a tu niño chico
para cogerlo en mis brazos
y subírmelo al tiovivo.
Que su risa de colores
cabalgue en los caballitos.
Déjame, madre, a tu niño
para subirlo a la torre
y cobijarlo en mi nido.
Que alados sus sueños sueñen
entre las plumas dormidos.
Mir. Burgos, 27 de mayo de 2011