Cuando todo se ha perdido, todo puede ser encontrado.
El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.
Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.
viernes, 30 de septiembre de 2011
jueves, 22 de septiembre de 2011
Mamá dice que el sol no alimenta (Los Cuentos del Dr. Tiritas)
«Los Cuentos del Dr. Tiritas» es un proyecto de la Asociación Cultural Delenda est Carthago. Su objetivo es reunir un montón de cuentos infantiles coloreables para leerlos en hospitales a niños enfermos, repartirlos por salas de espera, y alegrar las horas de pacientes y acompañantes.
En su día, la comisión correspondiente seleccionó mi cuento Mamá dice que el sol no alimenta, para incluirlo en este ramillete. Es un honor compartir el proyecto con tan buenos cuentistas e ilustradores, una alegría que mis palabras vuelen por el mundo con destino a las manos y al corazón de algún niño armado con sus lápices de colores, y una gozada verlas en compañía de la simpática ilustración de Pedro Belushi. ¡Gracias, Pedro! ¡Gracias a todos!
Y aquí lo tenéis. Podéis verlo, imprimirlo o descargarlo haciendo clic en el título del cuento, o directamente debajo de estas líneas. Espero que os guste.
Y aquí lo tenéis. Podéis verlo, imprimirlo o descargarlo haciendo clic en el título del cuento, o directamente debajo de estas líneas. Espero que os guste.
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Tejedores de sueños
viernes, 16 de septiembre de 2011
Desencuentro
A Jesús, Elena, Raquel, Rosa y Eugnia, con quienes tuve el placer de compartir un taller exprés de la Escuela de Escritores de Burgos, en el seno del cual nació este texto:
DESENCUENTRO
La araña quería ser un gato para maullarle a la Luna.
—Isidoro, enséñame a maullar —pidió al minino de la casa, que estaba enroscado en su cesta.
Pero, claro, él no entendía su idioma.
Molesto por haber sido despertado, pegó un salto y destrozó, en tres arañazos, la tela que a ella le había llevado tanto tiempo tejer.
Por las noches, la araña canta a la Luna bajito, en su lengua que solo ella comprende. Al gato no le canta nadie. Pero a veces sueña que es una araña, y ronronea…
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Pequeños mundos
lunes, 5 de septiembre de 2011
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