A Jesús, Elena, Raquel, Rosa y Eugnia, con quienes tuve el placer de compartir un taller exprés de la Escuela de Escritores de Burgos, en el seno del cual nació este texto:
DESENCUENTRO
La araña quería ser un gato para maullarle a la Luna.
—Isidoro, enséñame a maullar —pidió al minino de la casa, que estaba enroscado en su cesta.
Pero, claro, él no entendía su idioma.
Molesto por haber sido despertado, pegó un salto y destrozó, en tres arañazos, la tela que a ella le había llevado tanto tiempo tejer.
Por las noches, la araña canta a la Luna bajito, en su lengua que solo ella comprende. Al gato no le canta nadie. Pero a veces sueña que es una araña, y ronronea…
A pesar del título del post, el de ayer fue un encuentro muy grato. ¡Mil gracias a todos!
ResponderEliminarQué bonito, Mir.
ResponderEliminarYa extrañaba estos cuentos tuyos.
Un beso.
Los gatos y las arañas es lo que tienen...
ResponderEliminarPor cierto...
"¿Por qué le llamarán araña, si el que araña es el gato?" :-) (gracias, Ana María, por la frase).