—Mi camino es de niebla…
—Entonces será mullido, y no te hará daño cuando avances por él con tus pies descalzos. Un camino de nubes bajas, pera que no te cueste alcanzarlo desde la tierra.
—Mi brújula perdió el norte…
—Entonces, quizás se oriente hacia una canción.
—Mi alma perdió el calor…
—Entonces tendrá hueco para recibir el calor de otras almas amigas.
—¡No existe nombre para este arrastrar la noche de estrella a estrella!
—¡Para eso tienes la poesía!
Siempre hay que mirar com las gafas de sonrisa. Un abrazo
ResponderEliminarMil gracias, Rubén. Sí, pero hay momentos en que es francamente difícil: de nada valen las gafas en medio de la niebla. Y una escribe estas cosas en parte para creérselas ella misma. C'est la vie.
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