… Y una vez más, las palabras se quedaron en blanco, sin hallar la manera de decir lo importante. Así que acudieron al Silencio con mayúscula, el que sostiene, desde la hondura, como un oleaje, todas y cada una de las canciones del corazón. Y el Silencio era nieve, y la nieve era cuna, y la cuna abrigó una vez más el humilde, pero vivo, rescoldo de la esperanza.
¡Precioso, Mir!
ResponderEliminar¡Gracias!
Gracias, y Feliz Navidad.
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