De J. E. Álamo.
«Eran las tres de la mañana. Tenía al gato en el regazo, la petaca al alcance de la mano, el enésimo cigarrillo humeando entre los labios y la puta prensa tirada por el suelo. Hay noches en que ni el viejo Jack Daniel’s consuela.
Pensaba seguir con el caso al día siguiente. Tení un par de ideas».
¡Bien! Una historia donde triunfan, al menos en parte, la justicia, el amor y la ternura. Una historia «de zombis» donde el «prota» es el zombi… y encima es el héroe. Uno de esos héroes del género negro que son más bien antihéroes; por eso resultan tan creíbles, tan reales. Una novela de género negro «clásico», que incluso está narrada en primera persona en un tono coloquial y políticamente incorrecto que me encanta. ¿Cómo no iba a estar Tom de vuelta de todo, si hasta volvió de la muerte? Y, pese a esta extrañeza, ahí están todos los elementos representativos del cine negro (perdón, de la novela negra): la secretaria, la chica mala, el amigo poli, el gánster…, sin olvidarnos de los colegas Jack y Camel. Mientras la lee, uno la ve en blanco y negro, en pantalla grande.
«Eran las tres de la mañana. Tenía al gato en el regazo, la petaca al alcance de la mano, el enésimo cigarrillo humeando entre los labios y la puta prensa tirada por el suelo. Hay noches en que ni el viejo Jack Daniel’s consuela.
Pensaba seguir con el caso al día siguiente. Tení un par de ideas».
¡Bien! Una historia donde triunfan, al menos en parte, la justicia, el amor y la ternura. Una historia «de zombis» donde el «prota» es el zombi… y encima es el héroe. Uno de esos héroes del género negro que son más bien antihéroes; por eso resultan tan creíbles, tan reales. Una novela de género negro «clásico», que incluso está narrada en primera persona en un tono coloquial y políticamente incorrecto que me encanta. ¿Cómo no iba a estar Tom de vuelta de todo, si hasta volvió de la muerte? Y, pese a esta extrañeza, ahí están todos los elementos representativos del cine negro (perdón, de la novela negra): la secretaria, la chica mala, el amigo poli, el gánster…, sin olvidarnos de los colegas Jack y Camel. Mientras la lee, uno la ve en blanco y negro, en pantalla grande.
Ah, y por si fuera poco todo lo anterior, una novela divertidísima. Lo más divertido de cuanto he leído del autor. Lo cual no le resta ningún mérito, sino todo lo contrario. Con esto no quiero decir que sus demás obras no sean buenas, ¿eh?
En la trama no me han saltado cabos sueltos. Desde luego, sospechaba de algunos personajes, que están ahí para eso.
La música, importantísima para Joe (y para mí) también está presente en esta novela.
La alternancia de la narración con los otros textos tipo crónica periodística, aparte de «fastidiar» al lector —¡No me lo cortes ahora, hombre, que estaba en lo más interesante!—, je, je, le da un aire de verosimilitud bastante conseguido. Aunque en ocasiones lo «mata» un poco la exageración con los nombres (Lucille S. Diamond, T. A. Edison, ¡J. E. Poplar! :-) y un largo etcétera). Creo que esta es la única pega, pequeñita, que le puedo poner. Aunque realmente tiene su explicación, como podemos comprobar según avanzamos en la lectura.
No sé si el que aparezcan elementos comunes del universo de J. E. Álamo, como el Piojoso o Los Llanos, ayuda a apuntalar dicho universo o a desintegrarlo, puesto que en el mundo de Tom Stone hay zombis y, por ejemplo, en el de El Enviado no. Pero a mí también me gusta hacer esas cosas.
Así que, ¿qué voy a decir? Que me ha encantado. Que me lo he pasado estupendamente leyendo esta novela y que me he reído con ganas. ¡Enhorabuena! Gracias por escribirla. Ya estoy deseando leer la nueva aventura del bueno de Tom.
Aquí podemos escuchar una Entrevista al autor.
Me gusta mucho esta reseña.. Gracias por leerme, Mir.
ResponderEliminarÍdem (a lo de "gracias por leerme").
ResponderEliminarYa te pasaré la factura XD (a lo de la reseña).
Un abrazo, y sigue escribiendo.
Ya tenía pensado comprar la novela, pues me gusta mucho como escribe, Joe; después de leer esta estupensa reseña, me confirmo en la idea.
ResponderEliminarUn beso.