La nave-ciudad de primera clase al-Andalus acunaba en sus entrañas, en estado de animación suspendida, a los últimos supervivientes durante su larguísimo viaje a la tierra de promisión. El sueño de Rebeca Wur, la antigua presidenta de la Unión Mundial, era inquieto. ¡Se había dejado las centrales nucleares encendidas!
JAJAJAJAJAJAJAJAJA, me ha encantado el punto de humor, tan tuyo.
ResponderEliminarY a mí me ha encantado ver tu risa por esta tu casa. Gracias por la visita, siempre es un placer.
EliminarUn abrazo