Solo tiene una estrella la mañana que es noche.
Septiembre ya es octubre y quiere ir a la escuela.
Me sonríe la raja de melón de la Luna.
Un cascabel angélico acompaña mis huellas.
Y voy por mi camino, sagrario de saudades,
maternal envoltura de una dulzura nueva.
Una sola semilla ponen hoy en mis manos:
el árbol luminoso acaso brote de ella.
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