¿Dos años ya? ¡Qué mozo! Y aún, ¡qué frágil! Sus primeras palabras, en media lengua, distan mucho de ser la canción del alma, pero juegan al corro en el patio del mundo y de la vida, con amigos entrañables. Ningún hijo cumple con nuestras expectativas, sino que crece y vuela con sus propias alas, dejándonos pasmados de sorpresa, brillantes nuestros ojos con una pizca de orgullo.
Celebramos con un pedazo de roscón y una copita de sidra el segundo cumpleaños de este blog niño. ¡Feliz día de Reyes para todos los que estáis ahí, al otro lado! ¡Gracias!
Ya dos años!
ResponderEliminarY que vengan muchos, muchos más.
Brindo contigo en esta mañana de resaca.
Un abrazo.
"Gracias mil, dijo ella".
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