A Tali, por su libro de poemas Sueños enlatados, que acabo de recibir por correo.
En mi regazo tuve
un libro nuevo.
Muchos hijos antiguos
jugando al corro
en el patio nevado de los sueños.
Hoy tiene alas,
volumen, peso.
Cabría en un libro de física…
Cabe en el corazón,
cabe en un verso.
Cuando venga la noche sin estrellas,
cuando vuelva el silencio,
déjame refugiarme
en mi rincón secreto.
Ay, Mir, qué sorpressa!
ResponderEliminarESte poema tan precioso es un regalo.
(otra vez llorando)
Un abrazo lleno emoción y gratitud.
Lágrimas de luz, espero :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, lágrimas de luz.
ResponderEliminarUn abarzo.