A Ana, que vive para siempre
La nieve arropó tu semilla en la tierra
y el cuerpo del Dios Enmanuel
nos dio a comulgar esperanza
y a ti, alas de luz que te lleven a Él.
Las lágrimas lloran tu ausencia,
tu abrazo en nosotros se vuelve canción.
Sabemos que vives por siempre.
Sea lámpara nuestra oración.
martes, 9 de enero de 2018
jueves, 21 de diciembre de 2017
Navidad 2017
Nace la luz
en el amable hueco
del corazón.
en el amable hueco
del corazón.
Hace su hogar.
Se convierte en abrazo
de amor y paz.
Se convierte en abrazo
de amor y paz.
Sale a cantar
que ha llegado a nosotros
la Navidad.
que ha llegado a nosotros
la Navidad.
Hoy es Belén.
Acogemos y damos,
nos alegramos
todos también.
Acogemos y damos,
nos alegramos
todos también.
¡Feliz Navidad!
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Cuaderno de a bordo,
En los alrededores de la Luna
sábado, 16 de diciembre de 2017
La virgen de la cueva
La virgen era
de cristal de roca, aunque algunos la veían de jade verde, cuarzo rosa, jacinto
o calcedonia, según fuera la cualidad de su alma. El viejo ermitaño que
guardaba la entrada de la cueva tan solo les dejaba pasar de uno en uno, y a la
salida les preguntaba sobre lo que habían visto.
—Era esbelta
y hermosa, de olivino —decía una maestra de mediana edad.
—Era de
turquesita, con el niño en los brazos —describía un ferroviario en paro.
—Una imagen
magnífica, de oro puro. ¿Por cuánto me la vende? —preguntó un acaudalado hombre
de negocios. Ni que decir tiene que no hubo trato.
Hasta que un
día, un viejo minero jubilado, salió contando que era de carbón, tan pulida que
parecía de ébano. Las lágrimas le corrían por las mejillas al recordar los años
sirviendo bajo tierra, a los amigos muertos en el pozo y a su abuelo, cuando él
era un mocoso y el mineral se extraía con pico y pala.
Regresó al
día siguiente con una lamparilla que depositó a los pies de la bendita imagen,
para que no estuviese a oscuras en las entrañas de la tierra. Y ella lloró
diamantes que le cayeron en el hueco de las manos y que le permitirían vivir
sus últimos años con dignidad, en compañía de sus hijos y nietos.
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Pequeños mundos
sábado, 11 de noviembre de 2017
Amigos
La pequeña Inés marcha hacia las afueras del pueblo con su sillita plegable y un cuento debajo del brazo. En pleno campo, encuentra un sitio tranquilo bajo un pino, despliega su silla y se sienta a leer a la sombra. Pasa el tiempo. Inés llora por el triste destino de la Sirenita y sus lágrimas caen sobre las páginas del libro dejando huellas redondas. Sobre su cabeza, el pino llora por la suerte de algún hermano suyo convertido en silla infantil o en papel. Llora agujas verdes con olor a verano y a resina que pinchan a la niña sin hacerle apenas daño. Conmovida, esta se levanta de su asiento, se abraza al grueso tronco y apoya la cabeza contra la áspera roña. Bajito, casi como le hablan las ardillas, empieza a contarle sus secretos. Él quisiera tener un hueco en su tronco donde poder guardarlos.
A la mañana siguiente, Javier, que ha hecho novillos en la escuela, vuelve cabizbajo del río donde no ha pescado nada. Lleva su caña al hombro y su cesta vacía. «¡Vaya día perdido!, murmura entre dientes y se sienta, cansado, sobre una alfombra de tamujas, a la sombra del pino más frondoso del pinar. Se saca una navaja del bolsillo, corta un trozo de roña —al pino ni le duele— y comienza a tallar una barca mientras silba una alegre tonada que aprendió de su abuelo. La próxima vez que vaya al río, la barca flotará llevando algún tesoro hacia la mar lejana…
Cuando Inés vuelve a su rincón de lectura favorito, lleva consigo un cuaderno escolar en donde escribe su primer poema. Como es secreto, lo esconde en un pequeño hueco que ha encontrado en la corteza de su pino.
Pocos días después, sus versos, pasajeros en la barca de Javi, navegan sin temor hacia el mar infinito.
A la mañana siguiente, Javier, que ha hecho novillos en la escuela, vuelve cabizbajo del río donde no ha pescado nada. Lleva su caña al hombro y su cesta vacía. «¡Vaya día perdido!, murmura entre dientes y se sienta, cansado, sobre una alfombra de tamujas, a la sombra del pino más frondoso del pinar. Se saca una navaja del bolsillo, corta un trozo de roña —al pino ni le duele— y comienza a tallar una barca mientras silba una alegre tonada que aprendió de su abuelo. La próxima vez que vaya al río, la barca flotará llevando algún tesoro hacia la mar lejana…
Cuando Inés vuelve a su rincón de lectura favorito, lleva consigo un cuaderno escolar en donde escribe su primer poema. Como es secreto, lo esconde en un pequeño hueco que ha encontrado en la corteza de su pino.
Pocos días después, sus versos, pasajeros en la barca de Javi, navegan sin temor hacia el mar infinito.
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Pequeños mundos
lunes, 29 de mayo de 2017
[Convalecencia]
El tiempo pasa lento
formando estalactitas,
delineando en silencio
los valles de los ríos
mientras la luz dormita
como un gato ovillado
en el cesto del punto.
formando estalactitas,
delineando en silencio
los valles de los ríos
mientras la luz dormita
como un gato ovillado
en el cesto del punto.
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En los alrededores de la Luna
sábado, 1 de abril de 2017
Thalía
Mi amiga Thalía es muy joven. Ama la música y cada día se esfuerza por hacerlo un poco mejor.
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https://www.ganacontuvoz.com/inicio/listado-canciones/c-8-madrid
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Tejedores de sueños
domingo, 9 de octubre de 2016
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