Papá tenía un juguete nuevo: un radiocassette con flamantes botones
metalizados –plata, rojo y azul, mi favorito– y un contador cuyos
números blancos corrían lentamente a la par que la cinta magnetofónica. A
los niños no nos lo dejaban tocar, pero a través de nuestra madre, que
ejercía de operadora, lo aprovechábamos como el que más, disfrutando de
la música y los cuentos enlatados...
Puedes seguir leyendo (y hasta comentar, si te apetece) en:
http://www.laprimeravezque.literaturasm.com/?p=358
Tu definición de "Emocionarse" va a acompañarme toda la vida. Y por supuesto, acabas de emocionarme :)
ResponderEliminar¡No me digas! Y yo que creía que no había sido capza de expresar, de sugerir siquiera, con palabras lo inexpresable...
Eliminar¡Gracias, David! Tú sabes mucho sobre eso de emocionar con la música. Quizá conozcas el misterio.
Un abrazo.