A Ana, que vive para siempre
La nieve arropó tu semilla en la tierra
y el cuerpo del Dios Enmanuel
nos dio a comulgar esperanza
y a ti, alas de luz que te lleven a Él.
Las lágrimas lloran tu ausencia,
tu abrazo en nosotros se vuelve canción.
Sabemos que vives por siempre.
Sea lámpara nuestra oración.
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