En mi pequeño cielo y en mi pequeña tierra
planté palacios para mi solaz.
Me sorprendió la noche, terrible y sin estrellas,
y ya no puedo verlos más.
Regalaría a un niño gustosa mis tesoros
cual la sirena que murió de amor.
Saldré bordón en mano a recorrer el mundo,
mi pobre herencia una canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario