Sábado azul.
Puede que fuese azul como María
y que fuese la luz azul de alba,
amarilla de sol o gris de niebla,
y que fuese la música
de violines y flautas.
Que las palabras
fueran de tinta azul o de silencio
o de una voz amiga en la mañana.
Y puede que la Vida
viniese un año más, como la nieve,
a hospedarse en mi casa.
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