El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.

Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.

miércoles, 26 de junio de 2013

[Tahúres zurdos]

Música redentora
rica en tonos menores
y una voz recia del Norte.

Acordes fuertes
de guitarra, hamacas
que acunan frases de la vida,
cribadas, reinventadas.

No sabía
que quedaran aún lágrimas gemas
en la mina del alma.

martes, 25 de junio de 2013

La niña interior

    Jesús dijo: «La niña no está muerta, está dormida». Y se reían de él. Mas la verdad de aquellas palabras conjuró, en medio del torrente psicodélico, visiones de enramadas con olor a verano bajo el sol de la infancia. Tiempo después, Elvira había superado su adicción a las drogas.

jueves, 20 de junio de 2013

Rebeca forever


(Ganador I Certamen de Relato Breve ESMATER 2012)


Un escalofrío, que ni la calidez del vestido de novia de su abuela pudo mitigar, sacudió a Amaia cuando Jesús puso en su dedo la alianza: un aro de oro muy sencillo —como ella había pedido— con un pequeño diamante azul. En la parte interior, diametralmente opuesta a la fecha y al nombre de su amado, figuraba la palabra Algiordanza, grabada en caracteres minúsculos.
—Sí: Enrico Algiordanza, el artista italiano que diseñó el anillo —le informaría más tarde su marido, en la playa tropical donde pasaron la luna de miel.
Al regreso, el hogar conyugal le pareció a ella un sueño. Jesús había tenido el buen gusto de retirar cualquier objeto que recordara a su difunta primera esposa. No obstante, según pasaban los días, Amaia se sentía cada vez más como la protagonista de Rebeca. Le resultaba imposible sustraerse a aquella sensación de estar siendo observada, a las corrientes de aire inexplicables que la asaltaban mientras trabajaba en sus cuadros, a solas en la mansión poblada de ecos.
Después vinieron las pesadillas, que apenas remitían con las infusiones relajantes que su marido le preparaba. Probaron a mudarse al ático de la ciudad, pero el entorno no parecía afectar a sus inquietantes sueños.
Un día —llevaban ya ocho meses de casados— buscó, por hacer algo, el apellido del padre del anillo. El primer resultado devuelto por el Google le arrancó un grito que hizo temblar todas las cristaleras: «creación de diamantes a partir de cenizas funerarias de sus seres queridos». Pero tuvo la suficiente presencia de ánimo para preguntarle a Jesús, cuando volvió del despacho:
—¿De qué murió Alicia?
—De exceso de curiosidad —sonrió él, sardónico, mirando de soslayo los restos de la tisana de Amaia, más cargada que de costumbre.
Su tercera esposa tendría un par de pendientes de diamantes.

martes, 4 de junio de 2013

Tres paradas


1

    Quién diría que una vez, muchas en realidad, esperé aquí los trenes. ¿Quedará aún el eco de mis pasos errantes, la ritmica canción de cuna ferroviaria o un chirrido de ruedas metálicas deslizándose sobre fantasmas de raíles paralelos, oculto bajo este parque casi recién nacido?


2
No me llevan mis pasos vagabundos
a ningún paraíso
ni mi mano tendida encuentra apoyo
ni aun mi corazón.
en esta luz arbórea de la tarde.


3

    La luz del atardecer soñó con ser vidriera, y se transparentó a través de un racimo de lágrimas.



La abuela niña

            Le compraron gran cantidad de ropa nueva: faldas, blusas, chaquetas… y la marcaron toda con un número bordado a punto de cadeneta, como cuando a los once años la mandaron al internado. Pero en este colegio nuevo de ahora no aprendería nada, sino que poco a poco iría olvidando los puntales y las alegrías de su vida pasada. Al final apenas le quedaría alguna canción, mísera y dulce herencia. Alguna rosa del jardín que acaso potenciara su sensación de infancia. La caricia de un chal de lana azul que cobijara su desvalimiento. El sabor de una galleta o un Cola-Cao. Tal vez alguna de las cuidadoras, por entretenerla, le diera en algún rato libre un cacharro de plástico para hacer pompas de jabón, tan frágiles como su mente.

lunes, 3 de junio de 2013

Comienzo mi vida

Casi escritura automática.

Comienzo mi vida.

Soy una fuente nueva y una fuente antigua.

La fuente nueva del Museo de la Evolución Humana, en donde el agua da pingoletas como una cría.

La fuente antigua de Sobrado de los Monjes, el típico pilón donde el agua suena redonda, profunda, con la canción antigua de mi infancia, la canción antigua del mundo.

Comienza mi vida, y los colores y las tareas serán nuevos.

No tengo por qué arrastrar unas pesadas cadenas de fantasma. Eso es una falacia.

Comienzo mi vida, y quisiera recordarlo y sentirlo cada día, y enviárselo en paloma mensajera a mi amiga del alma, para que también ella viva.

Comienzo mi vida. Será nueva la luz de las estrellas. Y el sol, y la lluvia.

¿Hay algún ancla, algún hueco para mí, nuevo o antiguo?



Recuérdame, Señor, cada día y a cada minuto, que la vida puede ser un regalo maravilloso.