En mi telar antiguo
compongo versos.
Todavía mis manos recuerdan
algún secreto:
viejos acordes que conforman letras
entre mis dedos;
alquimista de encaje de bolillos,
unos y ceros
que aprendí de grumete en el oficio
en otro tiempo,
cuando la lanzadera de la vida
me llevó lejos.
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