Para Rubén.
—¡Hola! ¿Me das un helado de tres euros?
—¿De qué sabor lo quieres?
Ella dudó un momento.
—Quiero un helado de inspiración —osó pedir por fin.
Se puso colorada hasta las orejas. ¡El chico de los helados iba a pensar que estaba loca! Hasta el bloc que llevaba bajo el brazo le resbaló de pura vergüenza ajena.
Pero todo cuanto dijo el heladero fue:
—Hija, es que eso es muy difícil…
—Bueno, pues dame uno de avellana —rectificó ella.
—Eso está hecho.
Y así, la joven desinspirada salió de nuevo a la caricia del sol de la tarde, pegando lametones a su cucurucho, que sabía a tardes de paseo con los padres por el Campo Grande, y a excursiones de vinos por Zamora.
Por el camino, parió la historia de un avellano que crecía en medio del Páramo sin que nadie supiera de él, hasta que unos niños que jugaban al escondite llegaron por casualidad hasta el montículo donde estaba plantado y entonces…
—¡Hola! ¿Me das un helado de tres euros?
—¿De qué sabor lo quieres?
Ella dudó un momento.
—Quiero un helado de inspiración —osó pedir por fin.
Se puso colorada hasta las orejas. ¡El chico de los helados iba a pensar que estaba loca! Hasta el bloc que llevaba bajo el brazo le resbaló de pura vergüenza ajena.
Pero todo cuanto dijo el heladero fue:
—Hija, es que eso es muy difícil…
—Bueno, pues dame uno de avellana —rectificó ella.
—Eso está hecho.
Y así, la joven desinspirada salió de nuevo a la caricia del sol de la tarde, pegando lametones a su cucurucho, que sabía a tardes de paseo con los padres por el Campo Grande, y a excursiones de vinos por Zamora.
Por el camino, parió la historia de un avellano que crecía en medio del Páramo sin que nadie supiera de él, hasta que unos niños que jugaban al escondite llegaron por casualidad hasta el montículo donde estaba plantado y entonces…
Mir. Burgos, 17 de mayo de 2010
Día de Internet
Día das Letras Galegas.Ilustración de Rubén García
http://mispelusas.blogspot.com/
¡Qué bonito! ¿Cómo acaba?
ResponderEliminar:-)
ResponderEliminarNo tengo ni idea, cielo. Como el chico de los helados no me vendió uno de inspiración, sino de avellana, pues...
Pero me gusta imaginar a los niños abrazando en corro el tronco del árbol, o comiéndose el bocadillo de la merienda bajo su sombra.
Hola, soy el heladero...
ResponderEliminarTal vez te ayude esto para continuar la historia:
http://mispelusas.blogspot.com/2010/05/inspiracion.html
Gracias, un abrazo.
¡¡CHICOS, MIRAD QUÉ PRECIOSA ILUSTRACIÓN ME HA REGALADO RUBÉN!!
ResponderEliminarTodo un honor, "miniño". Mil gracias (sonrisa de arco iris).
Una preciosa historia de amistad.
ResponderEliminarFelicidades, Mir, Rubén.
Un besito.