Cuando naciste, en mi tierra
lucía el sol y nevaba:
la alegría y la tristeza
que la vida nos regala.
Bendice el sol tu sonrisa
y la nieve tu esperanza
en los brazos de tu madre
que son tu cuna más cálida.
Canta una canción enero
de vida, prodigio y alas.
¡Bienvenido al mundo, Íñigo!,
susurra el viento esta nana.
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