Llevo en mi corazón la tienda de campaña,
el hatillo que nunca debí dejar atrás;
un cuaderno y un boli, ahora punzón y pauta,
la luz de una esperanza que arde sin desmayar.
Soy la misma, soy otra. La vida es la aventura
que siempre fue. La senda de una oportunidad
me aguarda en cada esquina. El miedo se repliega
ante mi vara blanca que avanza al caminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario