El blog de María Isabel Redondo.
Cita: de estos aires nunca se preocupa uno desde el valle.
Imagen: una niña sentada en un valle. A su espalda está el mar y, más allá, una montaña azul en cuya cima brilla una estrella.

Imagen:La niña se ha puesto de pie, y ahora mira hacia el mar, la cumbre y la estrella.

lunes, 1 de marzo de 2010

Anclas

Todos los días, los milagros nos aguardan escondidos detrás de una esquina, aunque sea envueltos en papel de embalar o en tela de saco. Así, hace poco tropecé por puro azar con unas palabras que me recordaron eso de «estar atento al aquí y al ahora»… pero no de una forma teórica, sino sencilla y práctica.


imagen de un ancla sobre un lecho de flores

Que mis anclas sean, pues,
los colores del mundo
y cuantos sonidos llegan hasta mí.
Los olores, los sabores, las texturas…
Que al menos ellos me sostengan
cuando no pueda apoyarme en nada más.

Una nave sin ancla va a la deriva.
Las anclas no son cadenas,
sino hilos de luz
que nos atan a la tierra
mientras, como una cometa,
esa parte de nosotros que llamamos espíritu,
y que es nosotros mismos,
puede volar.

2 comentarios:

  1. Es precioso.
    Cuántas veces desee liberarme de esas anclas!
    Pero, ya no.

    Un abrazo.

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  2. Solo es algo que estoy intentando. Aún son hilos muy finos sujetos con alfileres, como en el encaje de bolillos... contra todas las tormentas.

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