Cogió sus emociones
las guardó en una caja para mejores tiempos
junto a su pluma verde
y recorrió el Desierto sin Caminos
(nunca se viera
romería más estática).
Hasta que una mañana,
Él le puso un ramito de cantueso
amarrado a la reja
que verjó su alegría…
y el sol brilló de nuevo.
(aunque entre nubes)
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